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Reina Valera 1960

Definición: Es una palabra monosílaba de origen latino (Pax) y con varias acepciones. Puede también definirse en un sentido positivo y otro negativo. Si decimos que la paz es un estado de tranquilidad y quietud (positivo) o decir que es la ausencia de  guerra o conflictos.

-Situación y relación mutua de quienes no están en guerra, no están enfrentados ni tienen riñas pendientes: “Estar en paz”

 -Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la revolución: “Tiempo de paz” 

-Tratado o convenio que se acuerda entre las partes beligerantes para poner fin a una guerra: “Firmar un tratado de paz”

 -Reconciliación, vuelta a la concordia, Plural: “Hacer las paces”

- Tranquilidad, calma, sosiego del espíritu: “Sentir paz”

- Dejar en paz. Dejar de molestar a una persona o de tocar una cosa: “Dejarlo en paz”

- Descansar en paz. Morir en gracia de Dios; se aplica a todos los que mueren con Cristo: “R.I.P. Descanse en paz”

- Estar en paz con alguien. No tener deudas con él o estar en igualdad de condiciones: “Ya pagué, quedamos en paz”

 

- Ir en paz o con la paz de Dios. Expresión para despedir al que estaba en su compañía o conversación:”Vaya en paz”

 

- En paz,  adverbio. Expresión usada para indicar que se da por terminado un asunto: “Por fin quedamos en paz”

La representación grafica de la paz, es una paloma volando con una ramita de laurel en el pico.

Pero nos vamos a enfocar en la paz bíblica de donde nace la saludo: “La paz sea contigo”“Paz a vosotros”.

Comenzaremos por estudiar   ¿quien hizo la paz?

Isaías 45:7 dice: “que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto”.

Debe anunciarse: Isaías 52:7; Nahúm 1:15; Romanos 10:15 “!!Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: !!Tu Dios reina!

Y vino la Paz a un pesebre en Belén de Judea. (Lucas 2:7). La Paz se había encarnado en el vientre de una virgen y un ángel anunció su nacimiento a los pastores que velaban sobre su rebaño: “!!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”
Cuando conocemos a Cristo, nuestros familiares y amistades que se quedan en la religión nos rechazan; pero el nuevo convertido debe saber que Jesús nos advirtió de esto:“¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión” (Lucas 12:51) Y  aún conociendo la verdad, dicen: Yo no cambio la religión de mis padres y  allí voy a morir… y es cierto…porque la religión no salva y hay muerte espiritual. El que se queda, muere. Dios nos habla a través de Jeremías 51:45 “Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová”.

 y del Apóstol Juan en Apocalipsis 18:4 “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”

El mejor ejemplo nos lo da Jesús, pues cuando se presentó ante sus discípulos, lo primero que les dijo fue Paz: “Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros’   Según nos narra Lucas 24:36

En Juan 14:27 nos dice que la paz es de El y que nos la da, no como lo hace el mundo:” La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”

En Juan 16:33 nos da la certeza de que en El hallaremos la paz. Y nos ofrece hacer nuestra Su victoria: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

 La paz es uno de los dones en que se manifiesta como fruto del Espíritu Santo; y que hay que anhelar junto con los otros: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bon-dad, fe,  mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley

Para el hombre carnal es algo inexplicable porque sobrepasa el entendimiento humano; pero para los cristianos es un regalo de incalculable precio: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.(Filipenses 4:7)

En la primera  Epístola que Pablo envió a la iglesia de Tesalónica hace una advertencia que en estos días está por cumplirse con los tratados de paz que se proponen y que son señales de los últimos tiempos: “que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:3)

Entonces, bíblicamente la paz tiene tres acepciones:

1- La paz CON Dios- La paz interna que viene cuando el pecador acepta al Señor Jesucristo como su Salvador personal. Pasa de  muerte a vida porque es justificado por la sangre de Jesús derramó en la cruz. Ahora es hijo de Dios: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”; (Juan 1:12) “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1)

2- La paz DE Dios- Estado permanente de paz que goza el  creyente como frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22). Depositamos las cargas, inquietudes y temores en El.

3- La paz en la Tierra- El estado de perfección futuro cuando Jesucristo, el Príncipe de Paz reine en la Tierra: “Y lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán limite……” (Isaías 9:7)

Jerusalén (hebreo יְרוּשָׁלַיִם Yerushaláyim; en árabe القُدس al-Quds)       Este nombre es de origen cananeo o amorreo, y probablemente significa "ciudad de Shalim"; en hebreo sería "ciudad de paz". En las inscripciones asirias de Senaquerib, se pronuncia Urusalimmu..

Es la antigua ciudad bíblica llamada Salem (Ciudad de la Paz, Princesa de la Paz). Desde los días de Jesucristo, la ciudad ha sido conquistada once veces y destruida totalmente cinco. Sus ruinas guardan los recuerdos del pasado, aunque, según opinión de los arqueólogos, la Jerusalén bíblica descansa enterrada bajo una capa de 20 metros de espesor.
Para los musulmanes, la cúpula de la Roca de Omar es el lugar donde Mahoma ascendió a los cielos en su Viaje Nocturno; para los judíos, esa Roca es el sitio donde Abraham fue a sacrificar a Isaac. Los judíos oran en el Muro de los Lamentos, restos del antiguo Templo de Salomón, musulmanes hacia La Meca y los cristianos hacia al Santo Sepulcro, apuntalado y siempre a punto de desplomarse. Más de un tercio de la humanidad tiene raíces espirituales en esta ciudad que contaba diecinueve siglos antes de que naciera Cristo. Se la cita ya en la Biblia con el nombre de Salem y los egipcios la llamaban Urusalimu, la ciudad de la paz. Una paz de la que nunca hasta el presente ha disfrutado. Fue la ciudad de Abraham, de David, de Salomón, de Nabucodonosor, de Herodes el Grande; el escenario de la condena de Cristo, muerte, sepultura y de su resurrección. En las excavaciones arqueológicas, los restos de las religiones aparecen superpues-tos una a otra, entre sus míticos valles y colinas. Jerusalén será la ciudad donde el Mesías pondrá sus pies en su segunda venida después que acabe la guerra. (Zacarías 14). Dice La Biblia en el Salmo 122:6 “Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman.”