EL LIMBO:
Es el lugar a donde iban los niños que morían sin bautizarlos. Es
una teoría del Vaticano que necesitó de una revisión porque aceptaron que es un
invento para provocar miedo y forzar a los padres a que bautizaran a los recién
nacidos. (El bautismo no es para Salvación). El católico lo es por ser
registrado y bautizado siendo niño sin que manifieste su voluntad de serlo.
Misericordia divina: Un
dogma de fe. Dios es misericordioso para la Iglesia Católica. (¿Solo para la ICAR?). Pero hasta ahora, al menos
tradicionalmente, se aplicaba a los niños que morían sin bautizar, ya que eran
mandados a ese “vacío legal” llamado limbo, y era imposible que llegaran al
cielo.
Una comisión teológica internacional se
encuentra revisando en el Vaticano la teoría del limbo, y todo indica que los
teólogos decidirán deshacerse del limbo con esta premisa: la misericordia divina basta para enviarlos
al cielo. (la misericordia
moderna no la de antes)
No es un asunto de fe: Este “dogma” fue
de máxima importancia para el Papa Juan Pablo II, quien ya encomendó en octubre
de 2004 al actual papa Ratzinger la creación de esta comisión. Sin embargo, el
limbo jamás ha sido reconocido como un dogma de fe, sino más bien como
construcción de las discusiones teológicas (invento) desde el Medievo para
saber qué ocurría con aquellos justos que morían sin ser bautizados, y por lo
tanto con pecado original, lo que les impedía acceder al cielo. El limbo se
convertía en una suerte de lugar donde reposaban las almas sin la presencia de
Dios, sin sufrimiento, del mismo modo que los justos esperaron en el seno de
Abraham a Cristo para poder salvarse. (No era condena ni salvación; ni chicha,
ni limonada; no era muerte ni vida eterna)
A pesar de todo, la teología no le da
importancia: “El limbo no tiene fundamento
histórico ni bíblico, esta decisión llega algo tarde si tenemos en cuenta los
sufrimientos innecesarios para muchos padres al pensar que su hijo no había ido
al cielo al no estar bautizado”, dice Juan José Tamayo, catedrático en
teología de la Universidad Carlos III. (Y peor, el dolor para los padres que
murieron con la certeza de que su hijito no se salvó de la condenación eterna).
“Se trataba nada más que
de un medio coercitivo basado en el miedo para obligar a los padres a que
bautizasen a sus hijos”, añade.
Los Homosexuales
El último documento
aprobado por el Papa Benedicto XVI prohíbe admitir en los seminarios y el
sacerdocio a quienes practican la homosexualidad, presentan dichas tendencias
profundas o apoyen la cultura gay. El mismo texto habla de la homosexualidad
como inclinación «de-sordenada», aunque subraya que no se debe aplicar la discriminación
con estas personas. El Vaticano dijo ayer que no se aplicará a los curas ya
ordenados en el sacerdocio. (Estos no entrarán en la
reforma…ni en el cielo; no discriminación homosexual retroactiva… pueden seguir
amándose libremente)
Otros ajustes: (Correcciones de la Iglesia Catolica a la Palabra de Dios)
El infierno: El Vaticano rectificó en 1999 y dijo que el
infierno no era un lugar, dándole la razón (¿Será que La Biblia está equivocada?)
sino una situación en la que se encuentra el alma. (Un lago de fuego virtual)
La iglesia romana enseñaba antes del
ajuste papal que: El catecismo de Trento, promulgado
después del Concilio de Trento, al explicar los lugares donde están detenidas
después de la muerte las almas privadas de gloria, enseña que “hay una tercera clase de cavidad, en donde residían
las almas de los Santos antes de la venida de Cristo Señor Nuestro, en donde,
sin sentir dolor alguno, sostenidos con la esperanza dichosa de la redención,
disfrutaban de pacífica morada. A estas almas piadosas que estaban esperando al Salvador en el seno de Abraham,
libertó Cristo Nuestro Señor al bajar a los infiernos” (Catecismo,
parte 1, cap. 6:3).
El caso de Galileo: El físico Galileo Galilei, excomulgado de la
Iglesia católica por defender las tesis copernicanas de que la Tierra giraba alrededor
del sol, fue rehabilitado por Juan Pablo II en 1992, más de 300 años después de
su muerte. (Sufrió del fuego que el Vaticano le recetó al mandarlo al infierno
y Wojtyla lo vino a rescatar)
Inquisición: Juan Pablo II en sus Reflexiones de 1994
pidió perdón por la Inquisición, la violencia y la poca implicación de la
Iglesia (Pio XII) contra el Holocausto. (¿Y las cruzadas, indulgencias, misas
de muertos, reliquias, celibato, etc.?)
Sincretismo con otras religiones: En 1994, el Papa visitó el Sinaí para cerrar
las heridas con judíos y musulmanes. (¿Cerrar las heridas será: renunciar a
la Deidad de Cristo y creer que era solo un profeta?)
¿QUE ES EL PURGATORIO?
Otro invento que describen
así: Es una prisión de fuego en la cual casi (¿Por qué casi?) todas las almas salvadas son sumergidas
después de la muerte y en la cual sufren las más intensas penas.
Testimonio de los más
grandes doctores de la iglesia nos dicen acerca del Purgatorio: Tan lastimoso
es el sufrimiento de ellas que un minuto de ese horrible fuego parece ser un
siglo.
Santo Tomás Aquino, el príncipe de los teólogos (inventores) , dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al fuego del infierno, y que el mínimo contacto con él es más aterrador que todos los sufrimientos posibles de esta tierra! (¿Cómo lo supo si no lo leyó en la Biblia?)
San Agustín, el más grande de todos los santos doctores (inventores), enseña que para ser purificadas de sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de muertas son sujetas a un fuego mas pe-netrante y terrible que nadie pueda ver, sentir o concebir en esta vida.
Santo Tomás Aquino, el príncipe de los teólogos (inventores) , dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al fuego del infierno, y que el mínimo contacto con él es más aterrador que todos los sufrimientos posibles de esta tierra! (¿Cómo lo supo si no lo leyó en la Biblia?)
San Agustín, el más grande de todos los santos doctores (inventores), enseña que para ser purificadas de sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de muertas son sujetas a un fuego mas pe-netrante y terrible que nadie pueda ver, sentir o concebir en esta vida.
Aunque este fuego está
destinado a limpiar y purificar al alma, dice el Santo Doctor, aún es más
agudo que cualquier cosa que podamos resistir en la Tierra. (¿Se lo dijo
Tomas de Aquino?)
San Cirilo de Alejandría
no duda (está
seguro que es invento) en decir que "sería preferible sufrir todos
los posibles tormentos en la Tierra hasta el día final que pasar un solo día en
el Purgatorio".
Otro gran Santo dice: Nuestro fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca".
Otro gran Santo dice: Nuestro fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca".
Otros escritores hablan
en idénticos términos de ese horrible fuego.
¿CÓMO ES QUE LAS PENAS DEL PURGATORIO SON TAN SEVERAS?
1.
El fuego que vemos en la Tierra fue hecho por la bondad de Dios para
nuestra comodidad y nuestro bienestar. A veces es usado como tormento, y es lo más
terrible que podemos imaginar. (Como las antorchas humanas de Nerón y la “santa” Inquisición)
2.
El fuego del Purgatorio, por el contrario,
está hecho por la Justicia de Dios para penar y purificarnos y es, por
consiguiente, incomparablemente más severo.
3. Nuestro fuego, como máximo, arde hasta consumir nuestro cuerpo; hecho de materia, por el contrario el fuego del Purgatorio actúa sobre el alma espiritual, la cual es inexplicablemente mas sensible a la pena.
4. Cuanto más intenso es el fuego, mas rápidamente destruye a su víctima; la cual por consiguiente cesa de sufrir; por cuanto el fuego del Purgatorio infringe el más agudo y la más violenta pena, pero nunca mata al alma ni le quita sensibilidad.
5. Tan severo como es el fuego del Purgatorio, es la pena de la separación de Dios, la cual el alma también sufre en el Purgatorio, y ésta es la pena más severa. El alma separada del cuerpo anhela con toda la intensidad de su naturaleza espiritual estar con Dios. Es consumida de intenso deseo de volar hacia Él. Aun es retenida, y no hay palabras para describir la angustia de esa aspiración insatisfecha.
3. Nuestro fuego, como máximo, arde hasta consumir nuestro cuerpo; hecho de materia, por el contrario el fuego del Purgatorio actúa sobre el alma espiritual, la cual es inexplicablemente mas sensible a la pena.
4. Cuanto más intenso es el fuego, mas rápidamente destruye a su víctima; la cual por consiguiente cesa de sufrir; por cuanto el fuego del Purgatorio infringe el más agudo y la más violenta pena, pero nunca mata al alma ni le quita sensibilidad.
5. Tan severo como es el fuego del Purgatorio, es la pena de la separación de Dios, la cual el alma también sufre en el Purgatorio, y ésta es la pena más severa. El alma separada del cuerpo anhela con toda la intensidad de su naturaleza espiritual estar con Dios. Es consumida de intenso deseo de volar hacia Él. Aun es retenida, y no hay palabras para describir la angustia de esa aspiración insatisfecha.
. ¿Quiénes y
cuándo han de ejercer el ministerio de la predicación?. Concurran los fieles a oír la palabra de
Dios en sus parroquias. Ninguno predique contra la voluntad del Obispo. (Extraído de los decretos del Sacrosanto
Concilio de Trento)
Advierta
también el Obispo con celo a su pueblo, que todos los fieles tienen obligación
de concurrir a su parroquia a oír en ella la palabra de Dios, siempre que
puedan cómodamente hacerlo. Mas ningún sacerdote secular ni regular tenga la
presunción de predicar, ni aun en las iglesias de su religión contra la
voluntad del Obispo. Cuidarán estos también de que se enseñen con esmero a los
niños, por las personas a quienes pertenezca, en todas las parroquias, por lo
menos en los domingos y otros días de fiesta, los rudimentos de la fe o
catecismo, y la obediencia que deben a Dios y a sus padres; y si fuese
necesario, obligarán aun con censuras eclesiásticas a enseñarles; sin que
obsten privilegios, ni costumbres.
DECRETO SOBRE EL PURGATORIO
Habiendo la Iglesia católica, instruida por
el Espíritu Santo, según la doctrina de la sagrada Escritura y de la
antigua tradición de los Padres, enseñado en los sagrados concilios, y
últimamente en este general de Trento, que hay
Purgatorio; y que las almas detenidas en él reciben alivio con los
sufragios de los fieles, y en especial con el aceptable sacrificio de la misa;
manda el santo Concilio a los Obispos que cuiden con suma diligencia que la sana doctrina del
Purgatorio, recibida de los santos Padres y sagrados concilios, se enseñe y predique
en todas partes, y se crea y conserve por los fieles cristianos. Exclúyanse
empero de los sermones, predicados en lengua vulgar a la ruda plebe, las
cuestiones muy difíciles y sutiles que nada conducen a la edificación, y con
las que rara vez se aumenta la piedad. Tampoco permitan que se divulguen, y
traten cosas inciertas, o que tienen vislumbres o indicios de falsedad.
Prohíban como escandalosas y que sirven de tropiezo a los fieles las que tocan
en cierta curiosidad, o superstición, o tienen resabios de interés o sórdida
ganancia. Mas cuiden los Obispos que los sufragios de los fieles, es a saber,
los sacrificios de las misas, las oraciones, las limosnas y otras obras de
piedad, que se acostumbran hacer por otros
fieles difuntos, se ejecuten piadosa y devotamente según lo establecido por la
Iglesia; y que se satisfaga con diligencia y exactitud cuánto se debe hacer por
los difuntos, según exijan las fundaciones de los testadores, u otras razones, por
sacerdotes y ministros de la Iglesia. Cuentan que el asunto
del limbo fue considerado del "máximo interés" por Juan Pablo II a
causa de un duro golpe que recibió en su infancia. Cuando Karol Wojtyla tenía
nueve años, su madre falleció al dar a luz a una niña que vino al mundo muerta.
Desde entonces, al Papa polaco nunca dejó de preocuparle el destino del alma de
su hermana muerta. Además de crear esta comisión, el anterior papa se anticipó
a sus conclusiones, ya que el limbo no aparece en el nuevo Catecismo, publicado
bajo su pontificado en 1992. Ahora, al invocar la misericordia de Dios para
salvarlos, la Iglesia destierra por siempre ese extraño lugar y asegura un
pedazo de paraíso a los numerosos niños no bautizados. Además de que Wojtyla pudo salvar a su hermana; usando su influencia
papal como autoridad de su iglesia.
La problemática para la iglesia romana no
acaba solo borrando el limbo del catecismo porque al dejar sentado en sus acuerdos
que los niños muertos sin bautizar no se condenan; están aceptando la verdad
bíblica de que el bautismo no es para salvación. Esta es por una relación
personal con Cristo, que los niños no tienen; ya que tampoco hay salvación por
lo que otro hagan por uno. Entonces, si no es por la fiesta con gran cantidad
de comida y bebidas alcohólicas, ¿Por qué bautizan niños recién nacidos? ¿Cuál
es el pecado original según la iglesia mariana? Pregunte a un católico. Ellos
inventan respuestas para todo.