La fidelidad es la capacidad espiritual, poder o virtud de dar cumpli-miento a las promesas que hacemos. Prometer es una acción soberana del espíritu, que exige decidir hoy lo que se va a hacer en el futuro, bajo condiciones que no se pueden prever. El que promete corre un riesgo, porque se compro-mete a actuar de la forma que hoy juzga óptima en situaciones que pueden llevarle a pensar y sentir de modo distinto. El que es fiel cumple la promesa a pesar de los cambios en las ideas, las convicciones y los sentimientos, que pudiera provocar el tiempo. El que promete se adelanta al tiempo venidero en forma libre. El que cumple fielmente lo prometido lo hace consciente y voluntariamente. En obediencia a un acuerdo o mandato. ¿Qué es lo que mueve su voluntad a mantenerse fiel? La decisión de hacer en su vida conforme al proyecto establecido en el acto de la promesa. La fidelidad, por tanto, es una actitud creativa, no se reduce al hecho de soportar algo de forma inconsciente e irracional. También se puede decir que la fidelidad es la capacidad de no engañar, no traicionar a los demás. Es un valor moral que faculta al ser humano para cumplir con los pactos y compromisos adquiridos La fidelidad es, entonces, el cumplimiento de la palabra dada. Es la fidelidad un sinónimo de LEALTAD. Firmeza para la la realización de un compromiso sin contrato, sin ninguna presión. Se es fiel por convicción. La fidelidad divina en el Antiguo Testamento Aparece brillantemente en la relación de Dios con su pueblo Israel, ante el cual se enfatiza: «Conoce que Yahvéh, tu Dios, es el Dios verdadero, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos...» (Dt. 7:9; Sal. 36:5; Is. 11:5). Esa fidelidad se une a su inmutabilidad, como se desprende de la palabra más usada en el hebreo del Antiguo Testamento para expresar la idea de fidelidad: emunah, cuya raíz, aman, significa seguridad o firmeza. El concepto se nos ilustra a veces, muy atinadamente, mediante la metáfora de la «roca» (Dt. 32:4; Sal. 18:2; Sal. 42:9; Is. 17:10). Porque una roca no se mueve y no es llevada por las corrientes ni las tempestades. Se mantiene igual a través del tiempo.
De los textos bíblicos se deduce que nada ni nadie puede anular los propósitos y las promesas de Dios, fundamentados en la solemnidad de un pacto inquebran table. En su día lo aseguró Dios por medio del profeta: «Los montes se moverán y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá». (Is. 54:10). Ni siquiera las infidelidades de su pueblo pueden dejar sin efecto lo que ha prometido. Así se puso de manifiesto en la historia de Israel. Uno de los textos más patéticos que hallamos en el Antiguo Testamento expresa la sublime reacción de Dios frente a la infidelidad de su pueblo, ilustrada por el adulterio de la esposa de Oseas (Os. 11:8-9). No es de extrañar que la fe del pueblo piadoso hiciese de la fidelidad divina el fundamento de su fe y uno de los objetos preferentes de su alabanza (Sal. 36:5; Sal. 40:10; Sal. 89:1; Sal. 89:8; Sal. 92:2; Sal. 100:5; Is. 25:1). Sin duda, la fidelidad de Dios era la mejor garantía de salvación. Todo lo que él había prometido -las múltiples bendiciones inherentes al pacto- tendría plena realización. Y esto no en virtud de méritos u obras de los hombres, sino por la gracia inmerecida del Todopoderoso (Dt. 7:6-8; Dt. 8:17-18). La apostasía y los muchos pecados de Israel le atrajeron graves juicios, pero no extinguieron la misericordia y la fidelidad del Altísimo. Tras las pruebas correctivas, el pueblo siempre experimentó su ayuda. Así pudo verse en el cautiverio judío en Babilonia y la posterior restauración. Israel había sido infiel; pero Dios había permanecido fiel. Y fiel permanecerá hasta la consumación de los siglos (Is. 40:8). La historia y la escatología bíblicas así nos lo muestran. La fidelidad de Dios en el Nuevo Testamento En la segunda parte de la Biblia el término pistós (fiel) está etimológicamente emparentado con pístis (fe o confianza). Y, ciertamente, Dios es digno de confianza porque es fiel, pese a las infidelidades humanas (Ro. 3:3-4). El pueblo israelita sufrió -y sufre aún- el juicio condenatorio de Dios; pero «al final todo Israel será salvo» (Ro. 11:25-29). Esta perspectiva pone de relieve que, por la fidelidad de Dios, todos sus propósitos de salvación se cumplen. Esta verdad tiene facetas preciosas que resplandecen en los escritos de los apóstoles para nuestro consuelo y aliento. Dios es fiel porque es inmutable; no cambia y es por eso que nos ama celosamente. Si leemos como nos advierte de que no apartemos nuestra vista de El, sabremos cómo serle fieles: Isaías 42:8- “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” Cuando YHWH le dijo Moisés que le hablara a la Roca; este la golpeó dos veces; por lo tanto le dijo: Deuteronomio 1:36- “excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová” 37 “También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.” 1 Samuel 3:20 “Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová”. Abimelec testificando ante Saúl sobre si David era traidor, dijo: 1 Samuel 22:14- “Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno también del rey, que sirve a tus órdenes y es ilustre en tu casa? Otro testimonio de fidelidad en Isaías 8:2 “Y junté conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías”. Testimonio de firmeza, lealtad y fidelidad. Daniel 6:4 “Entonces los gobernado-res y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él”. Jesús narra la parábola de los talentos y les dice en Mateo 25:20- “ Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21- Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 22- Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23- Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Bernabé cuando llegó a Antioquia, les exhortó a la fidelidad: Hechos 11:23- “Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor”. 1 Corintios 1:9 “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” 1 Corintios 10:13- “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” Testimonio del Apóstol Pablo: Efesios 6:21- “Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor”, 1 Juan 1:9- ‘Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad’. Ejemplo de fidelidad y obediencia: Apocalipsis 1:5-“y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”, He aquí la clave de nuestra victoria y nuestro premio: Apocalipsis 2:10 “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Y nuestra esperanza: Apocalipsis 22:6 “[ La venida de Cristo está cerca ] “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”
Concluimos: La fidelidad, lealtad, obediencia y diligencia en el hacer nos proveen de buen testimonio ante nuestro Señor, como lo hicieron Moisés, David, Daniel y los demás profetas de Dios. Pablo nos resume el servicio a YHWH en Colosenses 3: 23- “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24- sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís