Saturday, November 24, 2012


ESCUDRIÑAR

TALMIDA  Púlpito  Virtual                                                         

Es: Examinar, indagar y averiguar algo con cuidado y atención.     Referencias: Diccionario de la Lengua Española y Reina Valera 1960 En el idioma español, a la conjugación de un verbo terminado es “d” como oíd, cantad, reíd, llamados imperativos; expresan un mandato, una orden.

Dios examina nuestro caminar y nada está oculto para El: Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos”. (Salmo 139:3)

Jesús nos dice: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” (Juan 5:39); y nos dice porqué. Y si nos dijo: escudriñad.

No “si queréis o si deseáis estudiar o leer”; la única forma posible de hacerlo es orando, leyendo con cuidado, estudiando La Escritura; para después meditar en el mensaje y poder extraer lo que Dios quiere que hagamos de nuestra vida.

Salomón escribió sobre nuestra actitud ante la sabiduría y prudencia para entender lo que es el temor a Jehová. (Proverbios 2: 3-5)                                                                           
Si clamares a la inteligencia,
Y a la prudencia dieres tu voz;
Si como a la plata la buscares,

Y la escudriñares como a tesoros,
Entonces entenderás el temor de Jehová,

Y hallarás el conocimiento de Dios
.

Y el profeta Jeremías en su Libro de Lamentaciones nos hace una invitación a examinar cuidadosamente nuestra vida y nos da la solución a nuestros problemas: “Escudriñemos nuestros caminos,     y busquemos, y volvámonos a Jehová;” (Lamentaciones 3:40).              
Ahora bien, el mandato mesiánico de escudriñar ha sido claro, dice: Las Escrituras. Y eso se refiere al Canon Hebreo (Tanaj) y nunca a libros no inspirados, apócrifos acomodados en el texto o lo que llaman certeramente “deuterocanónigos” aceptando que no pertenecen al canon e incluidos en La Biblia cargados de historia sin doctrina o pensamientos de hombres pese a la advertencia bíblica sobre agregar o quitar del texto palabras en Apocalipsis 22:18- Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19- Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
Y hay advertencia sobre los caminos que parecen rectos y son caminos de muerte porque son desviaciones a izquierdas o derechas.                                                                                Cuando se entra a una relación con YHWH, no se necesitan de “libros auxiliares que “nos ayuden” a entender La Palabra de Dios, que es más clara que un cristal. Lo empaña el velo puesto sobre nuestros ojos: por lo que se nos enseñó a corta edad por morbosidad, tradi-ciones, mitos, leyendas, cuentos, filosofías y todo lo que el enemigo de nuestras almas utiliza para desviarnos del camino.  Es costumbre común  <y distintivo inequívoco>  el uso de literatura anexa al conocimiento bíblico en las religiones que abundan en nuestro tiempo.                                            
Desde las más antiguas intenciones de hacer cambiar los textos del Canon como la de los Gnósticos y los Esenios hasta de los concilios que a base de decretos quisieron hacer “doctrina” hasta los últimos tiempos en que han aparecido los “maestros del conocimiento” desenterrando creencias ancestrales basadas en el animismo y proclamando de nuevo los espíritus de la montaña, del árbol, de las nubes, o de un volcán, madre naturaleza, madre iglesia, santísima madre, envían vibras o luz. Han proliferado profetas, apóstoles, chamanes (con renovado conocimiento filosófico oriental), brujos buenos y malos, santeros, magos, Vuduistas y Budistas, psíquicos, adivinos, astrologos; y por sobre todo, autores de libros tan absurdos como la Sopa de Pollo, Caballos de Troya, o Código da Vinci.                                                                                          Aunque debemos resaltar que dentro de los autores, hay muchos cristianos que han hecho de escribir libros, una fuente de ingresos económico bastante apreciable y que desvían la atención del creyente del objetivo de “escudriñar La Escritura”. Ya no queda tiempo porque hay un libro determinado para el grupo de estudio; otro para las reuniones en hogares; otro de devocionales; otro para los niños, y otro, y otro, y otro… ¿Y el tiempo para la lectura de La Biblia?          Este creo que es el motivo por el que aún cristianos hablan de que seremos ángeles, otros de que no es malo celebrar las fiestas paganas, porque los niños van vestidos de maripositas, de ángeles, flores, animalitos o piratas. Su mente no renovada por Cristo, los hace ver en la oscuridad  sólo al que se viste de “ángel de luz” y aunque un niño vaya disfrazado de abejita, sus padres le han heredado un condicionamiento espiritual y cuando crezca, toda tiniebla le parecerá buena. Comenzamos nuestro caminar en la vida oyendo historias, cuentos, leyendas y fábulas que forman nuestro ser espiritual apartado de la verdad. Se nos habla de una ballena que se tragó a Jonás, de un gran barco llamado el Arca de Noé, que todos somos hijos de Dios, que atrás de nosotros camina el ángel de la guarda cuidándonos; que Eva pecó porque se comió una manzana, etc. Pero cuando acatamos el mandato de Jesús: Escudriñad las Escrituras, la luz de Cristo nos resplandece y el Espíritu Santo ilumina nuestro entendimiento y nos da discernimiento. Es entonces que se nos revela que La Biblia habla de un gran pez que se tragó a Jonás sin nunca mencionar que tipo de pez; que el Arca de Noé sólo era eso, un arca, es decir un inmenso cajón sin proa, ni timón, ni velas, ni ancla, nada que lo identifique como barco; que todos somos criaturas de Dios, pero hijos, solo los que arrepentidos de haber ofendido al Creador, recibimos perdón por medio de Jesucristo y este nos hace aceptos ante el Padre (hijos); y el gran invento de todos los tiempos: Una manzana símbolo de la caída del hombre cuando ni siquiera menciona que clase de “fruta” comió Eva. Así también se nos ha enseñado sobre tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, uno de ellos negrito. La Biblia habla de “unos magos” (no reyes) y de tres tipos de regalos sin dar los nombres de ningún mago y menos que hubiese integración racial entre ellos.                                                                                                                    Así hemos caminado a través de las leyendas sin comprobar su veracidad con La Escritura. 

Sigamos el ejemplo de la iglesia de Berea que nos relata Pablo en Hechos 17:11- Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.”                                                                       

No nos acostumbremos a vivir la unción ajena y busquemos la nuestra. Con frecuente oímos en las iglesias a hermanos que leen muchos libros escritos por siervos: “! Como me ha bendecido este libro  “ y lo recomiendan a otro. La unción que vivió el escritor es personal y no contagiosa. Dios no ordenó a Samuel  buscar la unción de Moisés sino la propia, para ir a ungir al nuevo rey de Israel.                                                                                                  1 Samuel 16:1 “Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel?                        Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto”.

Leamos bien…  despacio… escudriñemos…  La Escritura:            Samuel recibió una orden de Dios; no una sugerencia, al verlo lamentándose por alguien que ya no era acepto a EL y que lo quitaba del reino: Llena tu cuerno.
Con otra orden complementaria. No dijo ve a prestar un cuerno y que te regalen aceite. Era el cuerno propio y el aceite con su unción (la que Dios mandaba a través de el).
 Después le dijo a donde lo mandaba (misión).
 Dios quiere que cada uno de nosotros tome su cuerno y su aceite para que no nos suceda lo que a las vírgenes insensatas que cuando vino su señor, sus lámparas no tenían aceite.
 Mateo 25:2- Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3- Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;”
 
Y de nada les valió salir apresuradas a buscar aceite porque ya no era tiempo. (Mateo 25; 10-12) “Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos!!  Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.


Hermano: Cuando termine de leer y estudiar su Biblia, es el tiempo de comenzar a leer otros libros que se la expliquen. Por mi experiencia sé que para estudiar La Palabra de Dios es insuficiente la vida.
 Ni sermones, ni devocionales, ni estudios teológicos, NADA puede substituir el estudio de la Palabra de Dios. Debes tener en cuenta que ninguna “revelación” es contraria a la Palabra de Dios, ni las profecías registradas en los libros cristianos o las que se oyen en las iglesias son eso; ¿Por qué?  Pues para saber si son ciertas tienes que ESCUDRIÑAR la Escritura y porque si ya les estudiaste en tu B
iblia … ya la sabías…  entonces no es ninguna revelación…                                          Quizás sólo sea un recordatorio y seremos obedientes al mandato de Jesús. 

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