“DIOS ES PUNTUAL”
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T A L M I D A Púlpito Virtual
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Salomón nos dice
en el Libro de Eclesiastés, Capitulo 3: “Todo tiene
su tiempo y todo lo que deseamos bajo el cielo, tiene su hora” dándonos
la pauta a que esperemos que todo lo que deseamos, lo que hemos estado pidiendo
a Dios, nos llegará en su momento exacto.
No
porque nosotros estemos ansiosos se adelantará la hora.
Dios sabe de lo que tenemos necesidad antes de que se lo pidamos; pero también existe una advertencia de Jesús: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas” .porque no debemos acudir a El buscando los peces y los panes. Hay que buscarlo por lo que es, no por lo que nos da. En sus manos quizás no podamos ver los panes; pero no debemos olvidar que las llagas que vemos son por su sacrificio en la cruz del Calvario y que los necesitados somos los redimidos.
Dios sabe de lo que tenemos necesidad antes de que se lo pidamos; pero también existe una advertencia de Jesús: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas” .porque no debemos acudir a El buscando los peces y los panes. Hay que buscarlo por lo que es, no por lo que nos da. En sus manos quizás no podamos ver los panes; pero no debemos olvidar que las llagas que vemos son por su sacrificio en la cruz del Calvario y que los necesitados somos los redimidos.
En la lectura bíblica encontramos
joyas que para algunos pueden ser simples; pero para los cristianos son oro
puro por ser verdad; por ejemplo: “Todo lo hizo
hermoso en su tiempo…” (Eclesiastés 3:11)
“Es que Dios siempre
llega a tiempo”, o “Dios no llega antes
ni después” ¿Cuántas veces no hemos oído
estas frases? En más de alguna
ocasión.
Sabemos que
es la verdad pero cuando nos toca esperar, nuestra paciencia es muy corta y
parece que nunca recibiremos respuesta. porque olvidamos la Palabra de Dios que
nos dice:
(Salmos 40:1 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”
(Salmos 40:1 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”
Muchas veces
parece a la mente humana que ya no hay posibilidad para que realice algo que se
espera; pero si hay promesa de Dios, se cumplirá contra toda opinión que sea contraria
aunque sea lógica. Jehová prometió a Abraham que le daría un hijo de Sara,
aunque Abraham tenía cien años de edad y Sara noventa. Ambos rieron ante la
promesa porque siendo el tan viejo y Sara menopáusica les
parecía una burla lo que Dios les decía, pero: ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según
el tiempo de la vida, Sara
tendrá un hijo (Génesis 18:14)
Y leyendo un poco más
adelante, en Génesis 21:2 “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en
el tiempo que Dios le había
dicho.” ¿Leyó
bien, hermano? En el tiempo que Dios les había dicho. No importaba la vejez de Abraham y la
esterilidad de Sara. Este milagro lo veremos también en Ana, madre de Samuel;
en la mujer de Manoa, madre de Sansón y en el Nuevo Testamento en
Elisabet, madre de Juan el Bautista. Todas ellas en el tiempo de Dios fueron
madres a pesar de que eran estériles.
Es el momento oportuno para estudiar en Juan 11, el pasaje famoso de la
resurrección de Lázaro, leyendo desde el versículo 1 al 16 Este hombre vivía con sus hermanas Marta y
María en Betania, una ciudad cercana a Jerusalén y en casa de ellos se hospedaba Jesús cuando andaba por la
región. Pero un día que Jesús fue informado que su amigo estaba muy enfermo, no
salió inmediatamente a su casa; sino que les dijo a sus discípulos que Lázaro
dormía. Y contestaron: Si duerme, sanará.
Jesús les aclaró Lázaro está muerto. Jesús regresó a Betania: “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi
hermano no habría muerto”.(ver 21) Marta había escuchado a Jesús cuando
enseñaba en su casa y ahora enfrente a El repetía La Palabra que había
memorizado pero no se había hecho Rema en su vida y hablaba solo conocimiento
sin revelación. Después vino la otra
hermana: “María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se
postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto
mi hermano”.
Las dos mujeres reclamaban
a Jesús que había llegado tarde y aun le decían que si hubiese llegado antes su
hermano no hubiera muerto. Reconocían la capacidad de sanar enfermos y detener
la muerte; pero no conocían su capacidad para resucitar muertos y solo la
aplicaban a la resurrección
postrera (la que se dará con el arrebatamiento).
Lo mismo
está sucediendo en la actualidad con el rapto de la iglesia. Jesús dijo que
volvería otra vez. Los ángeles lo dijeron cuando Jesús fue levantado al cielo (Hechos
1:11) y la iglesia primitiva predicó la
resurrección y la segunda venida con entusiasmo y esperanza. Pablo escribió en 1ª Corintios 16:22 “El que no
amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene” (Arameo=
Maranatha); porque muchos preguntaban que cuando seria al
fin la vuelta de Jesus.
El apóstol Pedro en su 2ª Epístola 3:9 nos aclara: “El Señor no
retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
Y estas palabras de Pedro son válidas para los predicadores que
están diciendo que estaban equivocados cuando predicaban sobre el rapto porque
no se va a dar: “Mejor deshagan sus maletas” dijo uno que se hace llamar “Hno.
Jonás h.” en Enlace TV Cristiana, en Costa Rica
Usted escoja a quien creerle: a Jesús, los ángeles, Pablo, Pedro o
a Dante Gebel, a ese Jonás, Cash Luna y otros.
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