Thursday, April 25, 2013

EL REINO DE LOS CIELOS


Evangelio de Mateo                                 Versión Reina Valera 1960   

Existe la creencia popular de que cuando una persona es “buena” y muere, se va al cielo. ¿Cuántas veces oímos decir: Mi mamá murió y desde el cielo me está cuidando? O “mi hermanita murió pero yo sé que es un angelito que me ve desde el cielo”. Peor aún, saber que hay gente que le pide favores a los muertos. La necrofilia y espiritismo son inventos de las religiones; porque bíblicamente están condenadas por Dios. La sentencia dada en Génesis: “Volverá el polvo al polvo” sigue vigente a través de los siglos… eternamente.  Ni siquiera se puede orar (o rezar) por ellos porque el lugar en donde están (cielo o infierno; porque no hay purgatorio) es inamovible y ningún rito, rezo, penitencia, ofrenda o indulgencia que se ofrezca  por ellos puede hacer que se traslade de un lugar a otro. La salvación o condenación son el resultado de nuestra elección y de los actos que han regido nuestra vida. Si se busca a Jesús y se le confiesan los pecados con dolor en el corazón, la salvación viene por la fe que EL pone en nosotros no por la nuestra y porque dio su sangre en pago por nuestras trasgresiones. Seguir en la vida pecaminosa que hemos llevado siempre sin acogernos a su misericordia, la condenación eterna es nuestro fin; pero no conocemos los designios de Dios y bastan unos segundos antes de la muerte para encontrarse con Jesús y marcharse con El al paraíso como el ladrón en una cruz en el Monte Calvario. ¡! Cuantas sorpresas tendremos cuando nos juntemos en el rapto !!

El Mesías dijo: “El que no está conmigo; contra mí es. El que conmigo no recoge, desparrama”  No hay opción; con EL o contra EL.  Juan vino del desierto predicando: “y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”  (Mateo 3:2)  posteriormente Jesús supo que a Juan lo había encarcelado Herodes.  “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. (Mateo 4:17). Era una predicación que hacía referencia al Plan de Salvación,  porque la presencia del Salvador nacido en Belén anunciaba que el periodo de muerte había finalizado.  Jesús inicia su ministerio terrenal y el cielo se abre para los que vivían separados de Dios.  La misericordia y el perdón habían llegado. Mateo 4:15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16-  El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció” Jesús, la Luz del mundo, se manifestaba a los hombres. Las tinieblas  ya no predominaban; sino la Luz.  Dios muestra su misericordia enviando a su Hijo a salvarnos:   “Y de tal manera amó Dios al mundo, que envió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda; mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16)

Mateo 3:16 nos declara que los cielos fueron abiertos cuando Juan bautizó a Jesús en el Rio Jordán: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.”            

El Reino es hoy y es después, porque el Reino de Dios es eterno. Ahora es espiritual y en un futuro, tendrá manifestación literal y natural.

En el Libro de los Hechos (Hechos 2),  en el aposento, se inaugura la primera iglesia con ciento veinte sacerdotes (El nuevo templo). A pesar de que quinientos son los invitados. En el día de Pentecostés llega el poder del Espíritu Santo y visita a la iglesia que va a sustituir los principios del Antiguo Testamento. Antes eran doce tribus con doce líderes. Ahora, doce apóstoles sobre todo linaje y ciento veinte discípulos. Antes era un poder de la palabra, ahora es el poder del Espíritu. Cristo hace una transferencia y pocos se dan cuenta. Por eso tiene que tumbar a Saulo y convertirlo en Pablo. Pablo es el apóstol para los gentiles; pero no tiene un evangelio distinto: Él interpreta los evangelios. Antes lo estaban viendo desde el punto de vista literal sin el Espíritu y Pablo lo trae al cumplimiento por el Espíritu. Ellos hablaban de una iglesia y Pablo decía “somos la iglesia”. Ellos hablaban de recibir una promesa y Pablo dice: “Tenemos la promesa”.  Jesús  no vino a derogar la ley sino a cumplirla. Esto no quiere decir que Él vino para que la profecía fuese cierta y no se le llamara mentiroso al profeta. ¡No!

Cumplir algo es hacer lo que se dijo: Ejecutar lo dicho.

Ni una sola escritura en todo el Nuevo Testamento le promete nada futuro, sino que declara lo que se ha cumplido. El Apocalipsis no es una promesa, es una profecía de lo que va a suceder después de que la iglesia sea arrebatada por Jesús.

En el primer sermón a la iglesia naciente y la primera prédica debe ser el fundamento de nuestro evangelio. Dios usa a Pedro para explicar su Plan y se salvan tres mil personas. Los conoceréis por el fruto. En este evento, quien está interpretando escrituras, es Dios a través de Pedro. Y comienza soberanamente a explicar el evangelio basado en 2 Samuel 7:10-12.                                                                                                    
(Hechos 2: 29)- Varones, hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.  Pero siendo profeta, (Se refiere a David), y sabiendo que con juramento Dios le había jurado, (a David) que de su descendencia, en cuanto a la carne, (Es decir: al linaje directo, externo), levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, de la resurrección de Cristo. Que su alma, no fue dejada en el hades, ni su carne vio corrupción, A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. (Cada cristiano es testigo del evangelio del Reino).

Debemos testificar que Cristo reina ahora. Lo que nos salva es creer que resucitó de entre los muertos. Podemos creer en Su muerte en la cruz, pero no es suficiente. Debemos creer que resucitó y ascendió al trono. Así que, exaltado por la diestra de Dios (Cristo, no David) y habiendo recibido del padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra”. Esto es importante: ¿Porqué Cristo está sentado?  Levítico dice que un sacerdote que está sentado es un sacerdote que ha terminado su labor. Los sacerdotes cuando ministraban en el templo, no tenían permitido sentarse hasta que la ministración terminaba, y Cristo, siendo un sacerdote según el orden de Melquisedec, terminó su labor; y se sentó. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de sus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. No es una esperanza, está sentado en el trono del Señor a la diestra del Padre. ¿A qué vino Cristo? ¿Solo a morir como un cordero? ¡No! Eso fue sustitutivo. Él vino a instituir un cambio de gobierno, y lo hizo. Vino a  enjuiciar el sistema presente, y lo juzgó. Vino a redimir a la humanidad, y la redimió. Vino a recobrar el título de la propiedad que se había perdido, y lo compró. Jesús dijo: Vine a buscar lo que se perdió”  No AL QUE se perdió. Vino a manifestar su reino, y se está manifestando.

El Evangelio son las buenas nuevas de Dios y su ungido. Dios ha redimido al hombre y ha constituido un nuevo Rey para administrar su Reino desde la diestra del cielo. Esto traslada a todo creyente de la potestad del derecho de Satanás sobre sus vidas; a la potestad de Jesús. En resumen es el traslado de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, el Señor.

1 Corintios 15: 14- Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe”.  La iglesia debe ser un grupo con un propósito en la tierra. Predicar las buenas nuevas de salvación; no un servicio religioso o social, o un grupo de gente que no puede vencer en lo secular y se vino a refugiar ante una promesa futura porque no le queda otra, y por eso sólo atraemos al pobre, al borracho, a la prostituta y al drogadicto. Acaso no tenemos nada que ofrecerle a un profesional, ni al que tiene desarrollado su intelecto porque somos un grupo de pecadores “sencillos, humildes y pobres” que venimos a la iglesia para refugiarnos de un enemigo que tiene tanto poder, que Dios va a tener que venir a rescatarnos en un abrir y cerrar de ojos y sacarnos urgentemente de aquí. Entonces, menospreciamos el Poder de la cruz y en vano derramó Cristo su sangre. Haríamos inútil el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés porque la iglesia no recibió ningún don.

 Que se cumpla en nuestras vidas: “Por sus frutos los conoceréis”

 15:15- “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que Él resucitó a Cristo, el cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.” 15: 20- Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicia de los que durmieron es hecha. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo serán vivificados. 15: 23-26 “Pero cada uno en su debido orden:Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26- Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

 Los cobardes no entran. ¿Sabía que los cobardes están en peor condición espiritual que las prostitutas, y de los que roban? Es un error pensar que los que viven en el mundo son cobardes. El mundo es ignorante. Cobarde es el que sabe y no lo hace por temor. El que recibe la luz de Cristo y no predica por vergüenza, por temor al ridículo.

Resumimos el orden: 1- Cristo resucita primero, 2- luego resucita la iglesia, 3- entonces viene el fin y 4- se le entregará el reino al Padre. 

Visión del reino eterno: Daniel 7: 9-14  Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

 Hebreos 1: 2-3 En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas.

 

 

 Al principio dijimos que no todo el que muere, aunque sea bueno va al cielo. Se necesita el arrepentimiento para que Jesús nos limpie de todo pecado. Debemos entregar nuestra vida a El y obedecer sus mandatos: < HACER SU VOLUNTAD Y OBEDECER >  

Terminamos transcribiendo estos versículos del evangelio de Mateo:
 
-> He aquí, la clave: Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
 

-> Y aquí, el resultado de desobedecer: Mateo 7:21-23  (Lc. 13.25-27) “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielo. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad                                                                     

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