Tuesday, May 14, 2013

SATAN SERVICE


                                 (Adaptación)

La siguiente anécdota es vieja y ha sido contada y posiblemente deformada a través de los años muchísimas veces. aunque según el ingenio del narrador, a merced de  las modificaciones ha sido a veces más o menos impactante; pero analizando el fondo de la enseñanza podemos ver el Señorío de Dios sobre Su Creación. Al Señor toda creatura le obedece, aun cuando no desea hacerlo. Muchos ejemplos hay en La Biblia de personajes que se resistieron a obedecerlo y terminaron haciendo lo mandado a regañadientes. El ejemplo más clásico es el de Jonás, que al recibir la orden de ir a Nínive a predicar, huyendo tomó el sentido contrario a la ciudad y abordando un barco se fue rumbo a Tarsis y después de estar tres días en el vientre de un gran pez, fue vomitado en la playa. Hasta entonces obedeció y fue a Nínive.

Cuando se levantó una tormenta, yendo Jesús en la barca, al ser despertado por sus discípulos, se levantó y desde la proa gritó: ¡Calla, enmudece! y las olas callaron y enmudecieron  haciéndose gran bonanza en el mar. Hasta sus discípulos comentaban: ¿Quién es este que hasta las olas le obedecen?    

Juan 9:31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye”.

 Seguros de que tememos el ofender a Dios con nuestra incredulidad; cuando oramos pidiendo algo de lo que tenemos necesidad, hagámoslo con fe. Jesús es el autor y consumador de la fe. El pone la fe en nuestro corazón. ¿Pero que la fe? Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1)                                  
Con esta introducción podemos gozarnos con esta anécdota’ recordando que Jesus enseñaba por parábolas. A la pregunta de porque enseñaba por parábolas, Jesús pudo contestar: “Porque es la única forma de introducir grandes verdades, dentro de cabezas tan duras”    
He aquí el relato:
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 
Romanos 8:28                                       Versión Reina Valera 1960

Una estación de radio, entre su programación tenía uno patrocinado por una iglesia cristiana, llamado: “Ayúdanos a ayudar“en donde los radio escuchas llamaban por teléfono exponiendo sus necesidades y la radio emisora les proporcionaba directamente o a través de algún cristiano voluntario, la ayuda requerida.

Una mañana, el telefonista de la radio recibió una llamada de una señora muy pobre que por una gran necesidad recurría al programa pidiendo ayuda para enfrentar su crisis económica, la cual era tan grande que este día se quedó sin alimentos en su despensa y mañana ya no tendría nada para alimentarse. Un malvado que oía el programa; concibió la satánica idea de burlarse de la señora cristiana que relató que había orado mucho al Señor antes de llamar. Consiguió su dirección y decidió jugarle además de una broma, darle una demostración de que su Dios no toma cuidado de sus necesidades. ¡Qué buena oportunidad le brindaba esta pobre mujer desesperada. Para ejecutar su plan llamó a una de sus bellas secretarias y le ordenó que comprara variados y abundantes alimentos. Que preparara una cesta para llevársela a la casa de la mujer, con una nota visible en la parte superior que dijera: “un regalo de Satanás, quien te provee y desea tu alma” y le dijo a la mensajera que si preguntaba quien realmente se lo enviaba, le dijeran: que estos alimentos se lo mandó el diablo.
No había pasado mucho tiempo de la llamada cuando la mensajera llegó a la casa de la mujer con la cesta de comida y una nota arriba; llamó a la puerta,  y la mujer salió y al ver la cesta regocijándose en gran manera gritó: “Aleluya” “Gracias, Dios mío” “Mi alma te alaba, Señor”.
Inmediatamente fue a guardarlo en su despensa, sin leer la nota.     
La secretaria-mensajera del impío se quedó en la puerta esperando que leyera la nota o preguntara quien se lo había enviado, pero ella sólo alababa al Señor.
Al ver que no reaccionaba, ni mostraba interés en saber quien lo enviaba, la mensajera le preguntó:

-¿Señora, no quiere saber quién le envió esta cesta de comida?
La mujer, en la plenitud de la fe, respondió:

 - No me importa. No es preciso.

¿Sabe algo señorita? Cuando uno ora derramando su corazón, Dios nos oye (Jeremías 33.3) y El obra mandando su socorro.                   
Por el amor que siente por nosotros, al vernos afligidos dá una orden y

 ¡Hasta el diablo le obedece! y puede usarlo para bendecirnos

 Recuerda hija, que no te importe quien viene trayendo tu provisión:               Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (Santiago 1.17).

Yo bendigo al que usó Dios y espero que El sea el que lo recompense. Acepta tú a Jesús como tu único y suficiente Salvador; y cuando la angustia llegue a tu casa, El te socorrerá.

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