DEBORA
Reina Valera
1960 Jueces 4:1-3
I – Introducción: Encontramos el estribillo: “los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová”.
I – Introducción: Encontramos el estribillo: “los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová”.
Antes las invasiones vinieron desde
afuera: de Mesopotamia, Moab, Amón y Amalec. Ahora surge desde adentro, del
territorio que Israel aún no había logrado dominar. Seis tribus se involucran
en el conflicto: Zabulón, Neftalí, Efraín, Benjamín, Isacar y Manasés. Esta fue
la primera de las mayores amenazas del período de los jueces y la acción tuvo
lugar en el norte. El opresor es el rey cananeo Jabín, quien reinaba en Hazor,
al norte del Mar de Galilea; y el capitán de su ejército era Sísara.
Los israelitas vivían atemorizados
porque el enemigo tenía “novecientos carros
herrados”, o sea con las ruedas protegidas por aros de hierro. Esta
cruel opresión llevaba ya veinte años y los hijos de Israel afligidos clamaron
a Jehová.
II - Débora, la profetisa (Jueces 4:4-15)
ver. 4- La jueza de Israel
entonces era Débora, esposa de Lapidot. Al igual que en muchas regiones del
Medio Oriente, la mujer ocupaba en Israel una posición subordinada al hombre,
aunque había ocasiones en que algunas de ellas, como Débora, se destacaban:
Miriam (Ex. 15:20) y Hulda (2 R. 22:14).
Ver. 5-6- Débora, también profetisa impartía justicia bajo
una famosa palmera entre Ramá y Betel,
en el monte de Efraín, llamó a Barac, de
la tribu de Neftalí, para que con diez mil hombres de Neftalí y Zabulón fuera al Monte
Tabor.
Ver. 7-10 Dios le dijo a Barac, a través de Débora, que Él atraería
a Sísara al arroyo de Cisón, con sus hombres y .sus carros de guerra para
entregarlo en sus manos. Pero, a pesar del mensaje de que vencería, Barac puso
como condición que Débora lo acompañara. ¿Qué confianza tenía Barac en Débora
para poner como condición que él participaría si ella lo acompañaba? ¿Pensaba
que ella garantizaría la bendición de Dios? ¿O que ella merecía el respeto del
pueblo y podía ejercer autoridad sobre él? Débora le hizo saber a Barac que la
gloria de la victoria sería para una mujer, en cuyas manos Dios entregaría a
Sísara. Así pues, la profetiza y jueza acompañó al líder y a los diez mil
hombres.
Ver.11- Este es un paréntesis con información adelantada para
entender lo que sucedería después. Heber, ceneo, pariente de Hobab o Jetro
(suegro de Moisés), aunque su pueblo vivía al sur en el desierto de Judá, se
había separado de éste y se había trasladado hasta al norte, cerca de Cedes ,
en la proximidad donde habría de desarrollarse la batalla entre los israelitas
y los cananeos.
12-14- Al saber Sísara que Barac ya había
subido al Monte Tabor, reunió a todos sus hombres y sus carros de guerra. Débora
repitió a Barac que ese día Dios le entregaría a los cananeos en su mano.
Entonces él descendió del monte para la batalla. Jueces 5:4, 5, 20 y 21,
indican que una lluvia torrencial, fuera de estación, impidió el desplazamiento
efectivo de los carros de guerra de Sísara.
Débora
posiblemente ordenó a Barac que atacara, cuando vio que una tormenta se aproximaba.
En el Capitulo 5:21, se dice que el torrente de Cisón también creció y arrastró
a muchos de los enemigos.
Ver. 15- Y, como fue profetizado, Jehová derrotó a las fuerzas
de Sísara, quien abandonó su carro para huir a pie.
III- Jael consuma la victoria de Israel (Jueces
4:16-24)
Ver. 16- La derrota fue
total; los enemigos fueron eliminados completamente.
Ver.
17-21- Sísara se refugió en la tienda de Jael, esposa de Heber ceneo, porque
éste y Jabín el cananeo habían concertado un tratado de paz un tiempo antes.
Jael recibió con amabilidad al exhausto Sísara. Cuando éste pidió agua, ella le
dio leche y lo arropó. Sísara pidió a Jael que vigilara la puerta y que si
alguien preguntaba que negara que escondía a alguien.
Sin
embargo, ella lo clavó en el piso atravesándole ambas sienes con una de las
estacas que servían para asegurar las tiendas de campaña La tarea de levantar y
desmontar las tiendas de campaña era tarea de las mujeres nómadas, lo cual
explica su habilidad para manejar la estaca y el mazo.
ver. 22- Cuando Jael salió a encontrar a
Barac, quien llegaba en persecución de Sísara, ella le mostró lo que había
hecho con su enemigo.
“La
acción de Jael al matar a Sísara, y la alabanza de Débora hacia ella por
haberlo hecho (5:24-27), han sido objeto de crítica por parte de algunos. Hay
que decir, primero, que aunque Débora y Barac exaltan el hecho, la Biblia no lo
aprueba ni lo encomia, simplemente lo registra. Por otro lado, debemos tomar en
cuenta el hecho de que la época en vivió Jael difería de la nuestra en cuanto a
costumbres y normas. Escribió un comentarista inglés: “Jael por su acto justo y valiente salvó su
vida, defendió el honor de su marido ausente, su propio honor y el de muchos
cientos de mujeres (5:30). Al entrar a la tienda de Jael, Sísara fue culpable
de una acción muy cruel y pagó muy bajo por la hospitalidad y bondad que se le
habían brindado. Él sabía muy bien que la ley del desierto condenaba a muerte a
una mujer en cuya tienda entraba un hombre. Ella podía salvarse solamente
matándolo. Tal era la ley del desierto; y Jael era una hija del desierto, y no
de Israel”.
ver. 23-24- Después de esta contundente victoria,
los israelitas continuaron reduciendo el poder de Jabín hasta obtener su total
derrota. Ya no hubo otra confrontación de esta magnitud con los cananeos,
excepto pequeñas luchas contra grupos aislados de éstos.
D. CANTO DE
DÉBORA Y BARAC (Jueces cap. 5)
Este es un largo himno de 30 versos que
exalta a Dios por la victoria que Él les había dado. La poesía hebrea usa dos
tipos principales de versificación: la sinonimia, en la que un pensamiento se
repite con diferentes palabras
V. 2, “Por
haberse puesto al frente los caudillos en Israel,
por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, load a Jehová”.
por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, load a Jehová”.
Vs.
6-7. Los caminos principales estaban desiertos, porque la gente usaba los
atajos escondidos para evitar ser molestados por los cananeos, mientras que las
aldeas y la agricultura habían decaído. Todo esto ocurrió hasta que Débora
cumplió con su papel histórico como jueza, como profetiza y como madre de
Israel.
V. 8. Habían de nuevo dejado a Jehová y
escogido a nuevos dioses y como consecuencia la guerra había vuelto a
azotarlos. No tenían armas, pues sus opresores, especialmente los filisteos, se
las habían quitado, I Sam. 13:19-22. Las pocas que tenían las tenían
escondidas. Esto contrastaba con la derrota que sufrió Sísara y los cananeos,
porque Dios peleó por Israel contra ellos.
Vs.
9-11. Débora exaltó la participación decidida de los jefes: ancianos y jueces.
Instaba a los viajeros a testificar de la paz que ahora había para movilizarse
y conversar en los lugares de reunión: los abrevaderos, o pozos, sin oír ya más
el ruido de los arqueros. Ahora se podía cantar de la victoria en los pueblos.
V. 16-17. Este es un reclamo para las
tribus de Rubén, Galaad, Dan y Aser por no haber acudido a ayudar a sus
hermanos.
Vs. 20-22. Dios había movilizado los
elementos naturales para derrotar a los cananeos: la lluvia y la creciente de
Cisón barrieron con ellos y sus carros.
Vs. 23-27. Se maldijo a la tribu de
Meroz por no haber auxiliado a Israel, que aquí se tomó como no haber ayudado
al mismo Dios. Mientras, Débora bendijo a Jael.
Vs. 28-30. Mientras la madre de Sísara
esperaba ansiosa a su hijo, ella misma y sus damas pensaban que el capitán y
sus soldados estarían repartiéndose el botín: las ricas ropas y hasta las
doncellas vencidas. Esto justifica la acción de Jael al matar a Sísara, para
evitar ser parte del botín y convertirse en una esclava concubina.
V. 31, Débora concluyó con una oración
por que los enemigos de Dios perecieran;
“Así perezcan todos tus enemigos, Oh
Jehová: Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza”
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