Tuesday, June 4, 2013

TU QUE ERES?


                                 ¿TERMOMETRO  O  TERMOSTATO?

El termómetro (del griego θερμός (termos) el cual significa "caliente" y metro, "medir") es un instrumento de medición de temperatura.

En realidad es un termoscopio porque la temperatura que se mide se puede ver en una escala. Desde su invención ha evolucionado mucho, principalmente a partir del desarrollo de los termómetros electrónicos digitales.

 Inicialmente  se fabricaron aprovechando el fenómeno de la dilatación, por lo que se prefería el uso de materiales con elevado coeficiente de dilatación, de modo que, al aumentar la temperatura, su estiramiento era fácilmente visible. El metal base que se utilizaba en este tipo de termómetros era el mercurio, encerrado en un tubo de vidrio que incorporaba una escala graduada.   El creador del primer termoscopio fue Galileo Galilei; y que  podría considerarse el predecesor del termómetro. Consistía en un tubo de vidrio terminado en una esfera cerrada; el extremo abierto se sumergía boca abajo dentro de una mezcla de alcohol y agua, mientras la esfera quedaba en la parte superior. Al calentar el líquido, éste subía por el tubo.

La incorporación, entre 1611 y 1613, de una escala numérica al instrumento de Galileo se atribuye tanto a Francesco Sagredo[] como a Santorio Santorio,[ ] aunque es más aceptada la autoría de éste último en la aparición del termómetro.

En España se prohibió la fabricación de termómetros conteniendo  mercurio en julio de 2007,  por su efecto contaminante.

En América latina, los termómetros de mercurio siguen usándose ampliamente por la población. No así en hospitales y centros de salud donde por regla general se utilizan termómetros digitales.                

Existen muchos tipos de termómetros: de pequeño diámetro para ser introducidos dentro de la boca o recto (bajo la lengua o la axila) hasta los de pared que son de gran tamaño, llamados termómetros ambientales.                                                                    
Estos son casi todos de tamaño grande y con números visibles desde una distancia relativamente alejada ya que a menudo son colocados en jardines, puertas, ventanas y paredes exteriores de las casas.                        

También vienen graduados en grados centígrados o Fahrenheit según el país donde se usen.

Un termostato (de termo= calor) es el componente de un sistema de control simple que abre o cierra un circuito eléctrico en función de la temperatura.

Mientras que los termómetros solo nos dicen cuál es la temperatura del ambiente, los termostatos también son capaces de regularla, aumentando el calor si el ambiente está muy frío y bajando las temperaturas si hace mucho calor. Para ello, el termostato controla los sistemas de calefacción y refrigeración, que son los dos sistemas que más energía consumen en el hogar y que más influyen en tu comodidad. Aunque no parezca muy simple, su funcionamiento no implica muchas dificultades y saber cómo funciona un termostato puede resultarte muy útil, así que echémosle un vistazo.

¿Qué es un termostato?


Es un dispositivo que tiene como finalidad controlar los sistemas de calefacción y refrigeración (aire acondicionado) del hogar para que mantenga una temperatura determinada dentro de ciertos rangos. En un hogar, por ejemplo, el termostato puede encender el sistema de calefacción cuando la temperatura del ambiente baja o se encuentra en un determinado rango que se considera frío.                                                                             

En cambio, si la temperatura ambiente del hogar aumenta demasiado, o se encuentra en el rango de temperaturas consideradas como excesivamente cálidas, el termostato enciende el sistema de refrigeración o de aire acondicionado para bajar las temperaturas. En el momento en el que el termostato registra una temperatura dentro de un rango estable o deseado, este dispositivo automáticamente  apaga el sistema que previamente había encendido. 

Su versión más simple consiste en una lámina metálica como la que utilizan los equipos de aire acondicionado para apagar o encender el compresor. 

Otro ejemplo lo podemos encontrar en los motores de combustión interna, donde controlan el flujo del líquido refrigerante que regresa al radiador dependiendo de la temperatura del motor.                                         

En resumen, un termostato es un pequeño aparato que sirve para regular la temperatura.                                                                            

Teniendo claro los conceptos de termómetro y termostato, se justifica ahora el titulo de la reflexión: ¿Qué eres tú?                                                  ¿Sirves simplemente para medir la temperatura o puedes  regularla? ¿Puedes hacer las dos funciones?

Al repaso de La Palabra de Dios aprendemos que en el Libro de Apocalipsis, Dios nos recuerda por medio de la iglesia Laodisea que para El no hay términos medios; y que debemos ser fríos o calientes.                                                                      

Apocalipsis 3:15-16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.  !!Ojalá fueses frío o caliente. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

No quiere a ningún tibio en su reino; porque la tibieza representa una indecisión al seguirlo, ya que Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. Si te acercas al fuego consumidor te calientas y si te apartas, te enfrías. Lo conoces o lo ignoras; lo amas o lo rechazas; pero no puedes amarlo a medias y esperar que El se contente con una porción de tu vida.  Hebreos 19:29 “porque nuestro Dios es fuego consumidor” es una sentencia clara, sin término medio.                                                             

En nuestro caminar cristiano debemos ser termómetros y termostatos; ya que frecuentemente debemos evaluar y medir como está nuestra temperatura porque en el momento que hay frialdad en nuestra alma debemos aplicar el termostato de la oración y la lectura meditativa de La Palabra de Dios para volver a calentarnos.                                             

Cuanta más temperatura, el calentamiento aumenta hasta que se alcanza el punto de ebullición y por el contrario, cuando el enfriamiento es muy grande se llega al punto de congelación.                            

Cuando una persona tiene algún problema estomacal, generalmente por alguna comida que no ha sentado bien se recomienda la ingestión de agua tibia porque sirve de vomitivo y es la forma más simple de hacer un lavado del estomago. Esa es la figura que usa Dios para decirnos que a los tibios los vomitará.
Un frío es una persona que ha rechazado el evangelio o –rarísimo caso- que nunca haya oído el mensaje; pero tiene la oportunidad del arrepentimiento para salir de ese estado mortuorio.
Un tibio ya conoció el Camino pero no se ha esforzado en seguirlo por abulia, apatía o incredulidad y muchas veces cree que es salvo porque va a una iglesia todos los domingos, donde canta algunos himnos y entrega sus diezmos y ofrendas, como si tuviera alguna importancia el tiempo de ejercer el papel  de cristiano.

La advertencia de Apocalipsis 3:16 es para que nadie sea sorprendido por Jesús aquel día si no está en la lista y le dice: Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:23; Lucas 13:27).

Cuando sube la temperatura podemos alcanzar la ebullición con Dios; pero…  ¡CUIDADO IGLESIA! … si descuidamos nuestra vida cristiana, podemos enfriarnos tanto que llegaríamos a un estado tan bajo que espiritualmente no se llamaría congelación; sino que: Apostasía

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