Su nombre proviene del hebreo בית לחם, Beithlehem, casa del pan. En árabe su nombre es Bayt
Lahm (بيت لحم).
Belén es una ciudad de Cisjordania bajo control de la Autoridad
Nacional Palestina, situada en los montes de Judea, a unos 9 kilómetros al sur de Jerusalén. Sus
coordenadas geográficas son: 31º 42' N 35º 12' E.
Es importante recordar que el nombre de las ciudades obedecía
a una profecía que siempre se cumplía. Belén significa “Casa del Pan”; pero no
porque fuera famosa por sus panaderías sino porque en ella nació el Pan de
Vida, Jesús de Nazaret. (Juan 6:35-48)
La segunda parte de las Escrituras, que en nuestro tiempo
conocemos como Nuevo Yestamento fue originalmente escrita en Koiné, un dialecto
griego que se hablaba en la región de Palestina en los tiempos de Jesús.
Allí está registrada en el Capitulo 6 de Mateo, la oración que Jesús enseñó a sus discípulos
y que al ser traducida literalmente diría: “El
pan de nosotros el diario danos hoy.” Por la construcción gramatical
propia de cada idioma. Nosotros escribimos el sustantivo primero después el
verbo y al final colocamos el predicado, así: “El
pan nuestro de cada dia, dánoslo hoy”. El pan, hace referencia a nuestro
sustento, a nuestra necesidad, no a nuestros deseos. Eso es tan inusual que es
la única referencia en los evangelios en que se dirige a Dios tal solicitud.
Job sabía que todo es un regalo del Señor “y
dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio,
y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”
(Job 1.21)
He aquí, escondido un
secreto de la oración. Job consideraba que todo es un regalo de Dios, por lo
tanto lo que da o quita es por Su voluntad; pero nosotros solo esperamos
recibir y nunca dar; pero rayando en el límite de lo absurdo es oír predicar
que a Dios hay que “pedirle” TODO lo que deseemos: un automóvil último modelo,
casa, viajes… TODO; porque ‘somos hijos del rey’ y ‘el es dueño del oro y la
plata’ ‘pedid y se os dará’, ‘solo
tenemos que “sembrar” la semilla del dinero’ para que nos devuelva el ciento
por uno. Puro y total mercantilismo. Es el evangelio de la codicia disfrazada
de fe.
En el desierto, Dios proveyó de Maná al pueblo que sacó
de la esclavitud. Cada mañana, solo tenían que salir de la tienda y recoger el
pan que les llovía del cielo. Un milagro diario que se repitió durante cuarenta
años. Puntualmente sin faltar un tan solo día.
Esa es la enseñanza
con la que empezó Jesús su clase de oración, a sus discípulos en el Instituto
Bíblico de Jerusalén. El pan nuestro (suple,
Señor para nuestras necesidades) dánoslo HOY,
(y cada día vendremos a pedírtelo, dependiendo de ti y no de nuestras fuerzas).
Cuando vamos a la iglesia en donde nos congregamos, vamos
buscando el PAN que saciará nuestra hambre y nuestra sed espiritual (Juan 6:35)
y cuando encontramos doctrinas de error, evangelios orgánicos, suaves, descafeinados y “sugar free” sentimos que hemos salido de
ese lugar alimentados con migas de pan y que tenemos que buscar otra casa del
pan en donde saciarnos.
A eso –probablemente- se debe que muchos hermanos emigran
de iglesia en iglesia buscando pan y no encuentran una que les sacie el hambre
y sed de su espíritu.
Aclaramos que no buscamos una iglesia en la que se nos
den recetas “gourmet” sobre panes importados; ni historias de grandes panaderías;
queremos una pieza de pan que llene nuestra necesidad, y calme nuestra hambre.
Si no comemos nos debilitamos y la anemia espiritual es el camino que lleva a
la frialdad, letargo y conformismo, que en materia espiritual se traduce en
apatía por el evangelio, adormecimiento de los sentidos y lo peor, la
apostasía. Este es un camino de muerte del alma. Comenzamos buscando a Jesús
para recibir vida y terminamos declinando hacia una muerte por inanición por el
peligro de desarrollar una bulimia espiritual.
Por medio de la iglesia de Galacia, Pablo
nos exhorta llamándonos insensatos: “¿Tan
necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la
carne?: (Gálatas 1:3).
Nuestro Señor nos
manda a trabajar pues somos sus obreros; “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida
eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios
el Padre”(Juan 6.27)
Vamos pues, a buscar pan a la casa del pan, rechazando
aquellas en donde solo hay vestigios del pan que históricamente en el pasado
hicieron. El pan que buscamos es presente.
Jesús el día que
montando un burrito, entró en Jerusalén, tomando el camino al templo, fue a la
casa del pan y la encontró convertida en mercado, llena de vendedores,
cambistas de monedas.
Era un pan lleno de virus, levadura, hongos y
bacterias; los echó fuera con un látigo: “y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la
habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21.13)
Referiremos del
Antiguo Testamento, los pasajes de cuando dice: ”Hubo
hambre en toda la tierra” y como cada uno de los personajes emigró
buscando pan; como se ha dado la corriente migratoria del Sur hacia Estados
Unidos desde hace mucho tiempo a la fecha.
Génesis
12:10 [Abram en Egipto] “Hubo entonces hambre en
la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el
hambre en la tierra.”
Cuantas veces nos equivocamos buscando el pan; porque
salimos apresurados sin consultarle a Dios. Abram, como en los demás casos que
reporta La Biblia no reparó en que si había hambre en la tierra, a
cualquier lado que fuera encontraría el mismo problema.
El había salido de su
tierra y su parentela siguiendo el llamado de Dios hacia una tierra prometida
que no era Egipto, pero confió más a las noticias que le llegaron reportando que
allí había pan y terminó mintiendo –en parte-
al entrar en Egipto cuando dijo que Sarai era su hermana y fueron
llevados ante Faraón.
Génesis
26:1 [Isaac en Gerar] “Después hubo hambre en la
tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y
se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.”
El mismo error que cometió Abram al ir a Egipto, cuando
hubo hambre en la tierra; ahora, por segunda vez, el hambre vino y fue
entonces su hijo Isaac el que recibió la orden de no entrar en Egipto y quedarse
viviendo en Gerar; pero cuando tuvo miedo mintió a Abimelec, igual que lo hizo
su padre, diciendo que Rebeca era su hermana. El temer por su seguridad expuso
a su mujer fuera poseída por alguno del pueblo y acarreara para si el pecado.
Génesis
41:54 “Y comenzaron a venir los siete
años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas
en toda la tierra de Egipto había pan.”
Tal como José había profetizado, vinieron los siete
años de las vacas flacas (hambre) después de los siete años de vacas gordas
(gran producción de alimento) y hubo hambre en la tierra; pero Egipto tenia suficiente
pan que por la obediencia de José a Dios, éste lo había prosperado alcanzando
la bendición a Jacob (hijo de Isaac, nieto de Abram) quien vino con toda su
familia a Egipto por llamado de José.
Rut
1:1 [ Rut y Noemí ] “Aconteció en los días que
gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de
Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.”
Pero el caso de Noemí fue más dramático, puesto que
cuando hubo hambre en Belén (en la casa del pan); su esposo, ella y sus dos
hijos se trasladaron a Moab, una tierra de maldición buscando alimentarse con un
pan contaminado y maldito.
Con el correr del tiempo vinieron las consecuencias de no confiar en
Dios y Noemí enviudó; murieron sus hijos y ella quedó con sus nueras Ofra y Rut
sin patrimonio, ni nada que hacer; pero llegaron las noticias: “Hay pan en la
casa de Pan” y volvió a Belén buscando de nuevo ese pan que le había hecho
falta tanto tiempo.
Su regreso trajo la bendición de que Rut su nuera
viuda encontrara el amor de Booz con quien se casó y procrearon un hijo llamado
Obed y este a Isaí, padre de David; y siguiendo las generaciones vino en línea
directa de Rut la moabita, en Belén, la casa del pan, Jesús, el pan de vida.
Actualmente hay hambre en toda la tierra porque han
rechazado a Jesús y la gente va a Egipto buscando lo que no existe.
Inútilmente buscan en filosofías, cultos, religiones,
gurús, estatuas, guías espirituales,
hombres iluminados y toda clase de propuestas mentirosas; que ya lo hizo
el pueblo y que nos advierte Jeremías (2.13):”Porque dos males ha hecho mi pueblo: me
dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas
rotas que no retienen agua.”
Hermano, no tienes que salir apresurado a comprar un
boleto de avión para ir a Belén a buscar la casa del pan.
►Recuerda que cuando las mujeres ante la tumba buscando el pan en la madrugada,
encontraron un ángel: “Mas él
les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le
pusieron” (Marcos 16.6) El pan que bajó del cielo no quedó sepultado.
Resucitó … VIVE … y puede venir a llamar (Apocalipsis 3.20) para que le abras y
entrar a morar en tu corazón si tan solo te arrepientes de tus pecados y le
confiesas como tu único Salvador, y le permites reinar en tu vida. Encuéntralo clamando a EL de rodillas, con el
corazón dispuesto; y no vayas a ningún Egipto a buscarlo.
No comments:
Post a Comment