Thursday, June 13, 2013

HUYENDO DE LA MUERTE


MISTERIOSA MANSION WINCHESTER

Con mi familia asistimos a Bethel Church de las Asambleas de Dios, en la ciudad de San José, California. Cada domingo al salir de la carretera que nos trae desde Stanford llegamos a Winchester Boulevard, y en esa calle está establecida nuestra iglesia.                                              
Fue motivo de curiosidad para mí siempre que vamos, leer el nombre de la calle, ¿Por qué le pondrían ese nombre tan feo, dándole honor a un  rifle? Sobre todo que en ningún lugar de donde pasamos he visto alguna otra que le llame Colt,  Remington, Mauser o Smith & Wesson.   Pero recordé que había una casa misteriosa con el mismo nombre en las cercanías de la Bahía de San Francisco,  así que saqué mi yate y me dediqué a navegar en Internet.  Partí de lo que conocía desde hace mucho tiempo: Los rifles más famosos y vistos en las películas del viejo Oeste.     

Uno de los inventos orgullo del pueblo norteamericano es, sin lugar a dudas, el rifle de repetición que inventó Samuel Winchester, el mismo que se usó duramente en la lucha contra los indios y en la misma Guerra de Secesión en los Estados Unidos.

Sarah era el nombre de una bella mujer de Connecticut, que en 1862 se casó con William Winchester, heredero del gran imperio y con quien tuvo una hija que llamaron Annie.

Pero todo aquello que se vislumbraba como un cuento de hadas. Con una opulenta y promisoria vida, se fue enturbiando con la muerte prematura de su hija, de marasmo y algunos años después, con la de su esposo de tuberculosis.

Estos hechos desequilibraron la vida de Sarah, quien a partir de entonces comenzó a mostrar algunas señales de un comportamiento extraño y que posteriormente la llevaron a consultar espiritistas y médiums de esa época.                                               

Sarah heredó más de 20 millones de dólares, además de la mitad de la Winchester Repeating Arms Company, lo cual representaba unos ingresos diarios de unos 1.000 dólares, lo que equivaldría a unos 21.000 actuales

Un médium le refirió que estos sucesos funestos en su familia habían ocurrido debido a la venganza de miles de espíritus que habían sido asesinados por el rifle de repetición que creó Samuel y cuyo número multiplicó el gran imperio de Oliver Winchester y sus herederos, y que al parecer, estos vengativos entes pronto vendrían por ella.

Asustada por esta información, Sarah se pasó el resto de su vida construyendo una casa, la que nunca daría por terminada, en la creencia de que si la vivienda no se concluye los espíritus no se pueden instalar en ella, y de esta manera, ella se encontraría a salvo.

Durante 38 años los carpinteros no pararon ni un día de construir la casa Winchester, una casa llena de extrañas rarezas que van desde escaleras que no suben a ningún piso a habitaciones secretas o puertas detrás de las que sólo hay una pared o el vacío. La casa es una especie de laberinto gigante construido  con el objetivo de confundir a los espíritus de los muertos con los rifles que habían hecho rica a la familia de Sarah Winchester y que estaba convencida vendrían a vengarse; pero no contaba que la muerte tiene satélite (un GPS diabólico) y la encontró. P
Mientras los meses pasaban, la casa continuaba creciendo. Se añadían habitaciones a habitaciones y entonces se convertían en alas del edificio, 2000 puertas, 160000 ventanas además de torres y porches. Escaleras que no conducían a ninguna parte, chimeneas ciegas que no llegaban al techo, puertas de armario que daban a paredes, claraboyas encima de otras claraboyas, puertas por las que si alguien cruzaba caía al piso de abajo o habitaciones con una entrada y tres salidas.

Aparte de estas y muchas otras rarezas, la casa contaba con muchas comodidades que no eran habituales en su época, calefacción por aire, modernos inodoros y tuberías, luces de gas que se encendían mediante un botón, duchas de agua caliente y tres ascensores. El lujo tampoco faltaba, suelos del mejor parquet y candelabros de oro y plata.
Misteriosa Mansión Winchester, tiene 4 pisos, 467 entradas, 47 chimeneas y 2 es                                          
Es decir, la señora Winchester se pasó todos los días que le restaron de vida contratando personal, constructores y artesanos, quienes permanentemente se encontraban creando nuevos espacios en esta gran mansión, que cada día crecía más y más. Hoy es un museo conocida como la Misteriosa Mansión Winchester y un paso de curiosidad para visitar para quienes llegan a California.                                    pejos.-

HUYENDO DE LA EDAD:                                  
Así como Sarah Winchester inútilmente  buscaba la manera de evitar la muerte, otras muchísimas personas tratan de huir a la edad sometiéndose a distintos y variados procedimientos. Desde carísimas e ineficaces productos de belleza, hasta la liposucción y la cirugía plástica.                                             
 
Demostrado por el proyecto ‘Perfectamente imperfecto’, realizado el año pasado, en el que la exmodelo Katie Halchishick y el fotógrafo Matthew Rolston mostraron las operaciones tendría que hacerse una mujer para lograr una imagen como la de la Barbie y cómo se vería después de dichas intervenciones quirúrgicas.                                                         
 
La exmodelo, posó desnuda y sobre su piel se dibujaron líneas punteadas que indican los "arreglos" a los que debería someterse, igual a como lo hacen los cirujanos plásticos con sus pacientes:                    
 
- Rinoplastia
- Reducción de mejillas y cuello
- Implante de mentón
- Recogimiento de hombros
- Levantamiento de pechos
- Liposucción en los brazos
- Cirugía y escultura de abdomen


Al realizar este experimento descubrieron que aunque es posible que una mujer se someta a estas operaciones, los resultados no serían para nada bonitos. No obstante, varias mujeres que han optado por este tipo de vida y que, por ello, llevan el apodo de ‘Barbies humanas’. Están, por ejemplo, Sarah Burge, inglesa de 51 años que se ha realizado cerca de 30 cirugías plásticas, entre las que se cuentan arreglos en las orejas y en el mentón; y  Cindy Jackson, quien a sus 55 años tiene el récord mundial con 52 procedimientos que -según afirma- se ha realizado para "verse mejor". Pero la pregunta que motivó el proyecto de Halchishick y Rolston era si ¿las mujeres que se realizaban múltiples cirugías para alcanzar el ideal de la Barbie realmente habían logrado su objetivo? La respuesta fue negativa, porque después de realizarse todas esas cirugías se veían poco naturales. Parecían, precisamente, una muñeca.                         
 
El experimento ‘Perfectamente imperfecto’ no es el único que apunta en esa dirección. Otro proyecto buscaba enterrar la idea de que la Barbie es sinónimo de belleza prefecta y fue realizado en el año 2007, por Galia Slayen, quien construyó con sus propias manos una versión de la muñeca,  de tamaño real: tenía 1,75 centímetros de estatura y sus medidas 99-46-84, es decir, tenía unos pechos enormes y su cintura era diminuta; algo irreal.
Tal fue la polémica que causó el conocimiento de esta desproporción en las medidas corporales que  Mattel, la empresa creadora, se vio obligada a aclarar que Barbie era un juguete de menos de 30 centímetros y que "nunca se inspiró en las proporciones de una persona real".       
 
Porque inútil es que el hombre trate de “corregir los errores” de Dios quien nos advierte en Su Palabra: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”   Mateo 6.27

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