Sunday, August 26, 2012

EL BAUTISMO

AGOSTO 26


          T  A  L  M  I  D  A     P ú l p i t o    V i r t u a l
           Reina Valera 1960
La palabra bautizar (baptisontai=baptisontai) significa literalmente sumergir, introducir totalmente en un liquido; haciendo alusión al proceso de teñido de la lana que se hacía en la antigüedad. Se preparaba una tina o bañera con el tinte y se introducía completamente la lana para darle color.  
 En el aspecto espiritual esta palabra indica un acto de obediencia al mandato de Jesús en el cual el creyente es sumergido en agua para dar testimonio de su fe en Cristo. Jesús fue obediente y llegó hasta el rio Jordán en donde bautizaba su primo Juan, para ser sumergido en el agua. 
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mateo 3:16-17) 
Hemos de explicar bien el significado etimológico de la palabra bautismo porque tenemos que sentar cual es la forma de efectuarlo. Por definición decimos que bautismo es la inmersión del creyente en las aguas bautismales descartando la aspersión, goteo, rocío o cualquier otra forma no bíblica. 
Bautismo es un proceso que se practicaba en la antigüedad, en Egipto, Persia, India y China, en donde se teñían fibras con tintes rojos y azules.
Durante el Imperio romano, el teñido de vestidos con “púrpura de Tiro” era reservado a las clases altas del imperio, ya que este tinte provenía de la secreción de un molusco considerado valiosísimo en la época. Dada la deman da del tinte, los moluscos que los producían fueron casi exterminados.
Durante la Edad Media se usaría un nuevo tinte de color púrpura, la urchilla Orchilla, obtenido del líquen; el norte de Italia, en donde abundaba esta especie se convertiría en una importante zona de teñido de telas. 
Hechos 16:13 “Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14-  Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15- Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos. 
Leemos en este pasaje que en la ciudad de Tiatira, a la predicación de Pablo una vendedora de púrpura llamada Lidia se convirtió y fue bautizada con su familia. Tiatira era una de las siete iglesias de Asia a las que Juan les escribió por mandato del Alfa y la Omega (Apocalipsis 1:11) 
 Con el descubrimiento de América, se encontró que las substancias produ-cidas por los moluscos que se utilizaron en Europa y Asia también eran usa-das para bautizar las telas en estos lugares del mundo como la zona costera de México en donde habitan varias especies de las familias Muricidae y Thaididae, primordialmente en sustratos arenosos y rocosos. Se distribuyen a lo largo de las costas templada y tropical del Pacífico, Golfo de México y del Mar Caribe, y la especie Plicopurpura pansa Gould es de la que se ha extraído la mayor cantidad del tinte purpúreo en México, principalmente en los esta-dos de Chiapas y Oaxaca, en la costa meridional de México. .
Varias especies de este orden, pertenecientes a las familias Thaididae y Muricidae, se distinguen por la elaboración y la secreción de una sustancia tintórea que, por efectos de oxidación, se torna de blanquecino a verde jade y finalmente a un color purpúreo típico. Desde las culturas más antiguas de la humanidad, entre ellas las de Creta, Egipto y Fenicia, existen testimonios de actividades propias de tinción por moluscos gasterópodos, aplicadas en diversos textiles, que, usados en el vestuario, les conferían un carácter distintivo.  En Centro América se utilizaba en la época de la colonia española el añil como tinte.  

Se bautiza en agua, en las iglesias que son llamadas cristianas  debido a que siguen las enseñanzas de Jesucristo y El instituyó este acto de fe. 
Sabemos por La Escritura que la salvación es un acto de Dios que recibimos por fe. Efesios 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5- aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo(A) (por gracia sois salvos), 6- y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7- para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8- Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9- no por obras, para que nadie se gloríe.
 Y si es por fe que somos salvos, entonces ¿para qué es el bautismo?
La formula es sencilla: Somos salvos por la fe en Jesucristo y porque somos salvos nos bautizamos para dar testimonio de nuestra fe. ¿Porqué? Porque si nos bautizamos sin arrepentirnos de nuestros pecados y sin confesar nuestra fe en Jesús, nos estamos dando un simple baño. Pero si somos salvos por fe; aunque no nos quede tiempo de bautizarnos tenemos vida eterna. El ladrón que murió crucificado al lado de Jesús, no tuvo tiempo de efectuar ninguna obra, ni ritual para ser salvo; pero creyó en el Mesías antes de morir y ese mismo día se fue al paraíso.  El agua no tiene ningún poder salvífico y sólo es una representación del lavamiento de nuestros pecados por obra de la sangre de Jesús derramada en la cruz del Monte de la Calavera.

Pablo explica en  1 Corintios 1:17 “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evan-gelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.  Porque por el evange lio alcanzamos salvación, no por el bautismo =Jesús fue a la cruz sin haber cometido ningún    pecado a pesar de haber sido tentado en todo.  Hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote  que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.

Pero en el momento de la crucifixión todos nuestros pecados cayeron sobre EL y sólo con el derramamiento de sangre podían expiarse estos pecados. (Mateo 26.28; Hebreos 9.22) Jesús era el Cordero de Dios que estaba siendo inmolado y su sangre lo limpiaría a El  y a todos nosotros de ese horrible estado espiritual. 

 Lucas 12:50 nos expresa  ese sentir: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y !cómo me angustio hasta que se cumpla!” 

Jesús sabía que aunque  momentáneamente, eso le separaría del Padre porque Dios no puede estar donde hay pecado; fue esto que  lo hizo gritar: ¡Padre, porque me has abandonado! 

Teniendo claras las ordenanzas sobre el bautismo es fácil seguirlas; pero hay denominaciones “cristianas” que no obedecen a Cristo y cambian el mandato  que dice:  Mateo 28:18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19- Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20- enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.  Vamos a estudiar detenidamente estos versículos:

19- “Id y haced discípulos…” Lógicamente, si voy a hacer discípulos no les puedo predicar a niños que no pueden ni siquiera hablar o poner atención, como los que tienen apenas días o meses de nacidos. El primer enfoque ya parte de un error; pues Jesús y Juan predicaron el arrepentimiento y después el bautismo. Un niño tan pequeño no se puede arrepentir de haber nacido pecador y no podré hacerlo discípulo porque ni entiende, ni habla, ni pone atención. En  la segunda parte es donde fallan los Unitarios porque no usan la fórmula bautismal que nos dio Jesús y lo hacen sólo en el Nombre de El, omitiendo al Padre y el Espíritu Santo; y peor aún, los mormones que bautizan por los muertos. En el verso 20 volvemos a encontrar el obstáculo de la edad para que obedezcan,  porque ni siquiera los padres guardan las cosas que les ha mandado; pero creen que Jesús está todos los días con ellos hasta el fin. Estos son los evangelios de oferta, los que llamo “evangelios de supermercado” porque echamos a la carretilla sólo lo que nos gusta y lo demás nos es indiferente.

Y así como desobedecen la formula bautismal que instituyó Jesús, también adulteran la doctrina diciendo que el bautismo es para salvación.

La Biblia claramente habla de dos tipos de bautismos diferentes. El bautismo por inmersión en agua, del que hemos meditado a luz del Nuevo Testamento. Todos aquellos que hayan aceptado a Jesucristo como su Salvador personal y hayan experimentado UN NUEVO NACIMIENTO deben ser bautizados en agua en una ceremonia pública (Mateo 3:13-16) para testimonio  de su fe en Cristo y en la experiencia que la Biblia llama "la circuncisión del espíritu".

Bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 1:5)

Juan el Bautista dijo: Yo bautizo en agua pero el que viene tras de mi os bautizara con el Espíritu Santo. (Marcos 1.8). El bautismo en  agua instituido por Juan es un acto humano; el bautismo en el Espíritu Santo es un acto divino. Este es el bautismo referido en Hechos 1:5, a través del cual recibi-mos poder para ser más efectivos en nuestros esfuerzos evangelisticos.

"Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra." (Hechos 1:8). Este segundo bautismo capacita al creyente de recibir poder para predicar, de hablar en lenguas de otras naciones y de hablar en lenguas angélicas totalmente desconocidas para el hombre.  (Hechos 2.1-11)Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron len-guas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran. Vivían entonces en Jerusalén judíos piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Al oír este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban atónitos y admirados, diciendo: --Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
La Biblia nos indica que ninguno de estos dos bautismos son imprescindibles para la salvación, sin embargo, el hecho de que el mismo Cristo nos exhorte con la necesidad de recibir ambos, nos muestra la importancia de sendos bautismos.                                          



El orden es el siguiente:                                                                                      

1- Salvación a través de la confesión de nuestros pecados y la aceptación del Salvador en nuestras vidas, en este momento el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, pero aún no hemos sido bautizados por Él.

 2- El bautismo por inmersión en agua para testificar de nuestra fe.   

3- El bautismo del Espíritu Santo, para recibir poder para llevar a cabo la Gran Comisión.

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